El yoga y la unión con Brahman: análisis crítico desde la antropología y espiritualidad católicas
Por Diego Ramírez
Resumen
El presente artículo explora la dimensión metafísica y religiosa del yoga en el contexto del hinduismo, donde la práctica se orienta hacia la unión con Brahman, la realidad última. A partir de esta base, se presenta una crítica desde la fe católica, abordando los riesgos teológicos y antropológicos que supone la asimilación acrítica de prácticas orientales en el ámbito espiritual cristiano. El análisis se apoya en documentos del Magisterio, obras de teólogos contemporáneos y estudios interreligiosos.
1. Introducción: Más allá del ejercicio físico
Aunque en Occidente el yoga ha sido popularizado como una práctica corporal y de relajación, su origen y finalidad en la tradición hindú son netamente religiosas. El yoga, en su sentido etimológico (yuj, "unir"), expresa la aspiración a la unión del alma individual (atman) con la realidad suprema (Brahman)[^1]. Esta unión no es meramente simbólica, sino ontológica, y supone un proceso de purificación y conocimiento que desemboca en la moksha o liberación del ciclo del samsara.
2. El Yoga como vía hacia Brahman
En los Upanishads y otros textos fundamentales del hinduismo, se describe la realidad última como Brahman, impersonal, eterno e inmutable[^2]. El yoga, en sus distintas formas, es el camino hacia la realización de que atman y Brahman son lo mismo.
Según los Yoga Sutras de Patañjali, el yoga es definido como el "cese de las fluctuaciones de la mente" (citta vritti nirodha)[^3]. Esta disciplina espiritual incluye posturas físicas (asanas), control de la respiración (pranayama), meditación (dhyana) y absorción espiritual (samadhi), cuyo objetivo es la anulación del ego y la unión con la realidad absoluta.
En especial, el Jnana Yoga y el Bhakti Yoga revelan la dimensión claramente religiosa de la práctica:
El Jnana Yoga conduce al conocimiento de que toda realidad es una ilusión (maya), y sólo Brahman es real.
El Bhakti Yoga, por su parte, invita a una devoción amorosa hacia una deidad personal (Krishna, Vishnu, Shiva), con cantos, mantras y meditación sobre la divinidad.
3. Problemas teológicos desde la perspectiva católica
Desde la visión católica, la práctica del yoga no es neutral. Aunque algunos elementos puedan parecer compatibles con la oración o el cuidado corporal, su fundamento antropológico y teológico entra en conflicto con la fe cristiana.
3.1. Concepción de Dios y del alma
El hinduismo sostiene que atman es idéntico a Brahman, negando así la distinción entre el Creador y la criatura. Esta afirmación es incompatible con la doctrina católica, según la cual Dios es personal, trascendente y ha creado al ser humano con alma inmortal, distinta de Él pero llamada a la comunión con Él[^4].
Como advierte la Congregación para la Doctrina de la Fe:
> “Proponer métodos que se basan en una concepción errónea de Dios y del hombre puede inducir a confusión y a graves desviaciones en la oración”[^5].
3.2. Antropología y redención
El cristianismo enseña que el ser humano no se libera por sí mismo, sino que necesita de la gracia de Dios para ser redimido del pecado. El yoga, en cambio, propone una liberación (moksha) mediante técnicas humanas, sin referencia a Cristo, el único Salvador.
El Papa Benedicto XVI (como Cardenal Ratzinger) también alertó sobre este punto:
> “Una mística sin Dios es una contradicción. La autorrealización no es la vía hacia la salvación”[^6].
3.3. Riesgos espirituales
Algunas prácticas meditativas del yoga, al disolver la conciencia personal o al abrirse indiscriminadamente a lo trascendente, pueden exponer al alma a confusión o influencias negativas. Esto ha sido advertido incluso por ex practicantes convertidos al cristianismo, como Susan Brinkmann[^7].
4. La verdadera unión en la fe cristiana
Desde la tradición católica, la verdadera unión con Dios no se logra por el vaciamiento de la mente o la absorción en lo impersonal, sino por la comunión de amor con un Dios personal, en Cristo, por medio del Espíritu Santo. La oración cristiana es un diálogo, no una técnica.
San Juan Pablo II afirmaba:
> “No se puede ignorar el hecho de que ciertas formas de espiritualidad no cristiana [...] proponen una ‘unión con lo divino’ que no es compatible con la fe cristiana”[^8].
Conclusión
El yoga, entendido en su sentido tradicional, no es simplemente ejercicio físico ni una técnica neutral de relajación. Su finalidad es la unión con una realidad divina impersonal, y su antropología niega la distinción esencial entre Creador y criatura. Aunque algunos elementos del yoga puedan parecer inofensivos, su contexto doctrinal y espiritual es incompatible con la fe cristiana. Por tanto, es necesario un discernimiento profundo y fiel al Magisterio de la Iglesia para evitar sincretismos que pongan en peligro la pureza de la fe y la integridad espiritual de los fieles.
"El yoga es obra del Diablo. Crees que estás estirando tu mente y cuerpo pero te lleva al hinduismo. Estas religiones orientales están basadas en la creencia falsa de la reencarnación". Padre Gabriele Amorth
Bibliografía
[^1]: Feuerstein, Georg. The Yoga Tradition. Hohm Press, 2001.
[^2]: Brihadaranyaka Upanishad, I.4.10.
[^3]: Patañjali. Yoga Sutras, I.2.
[^4]: Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 355–367.
[^5]: Congregación para la Doctrina de la Fe, Carta sobre algunos aspectos de la meditación cristiana, 1989, n. 3.
[^6]: Ratzinger, Joseph. Fe y Futuro. Ediciones Cristiandad, 2005, p. 84.
[^7]: Brinkmann, Susan. Yoga: Un camino a la santidad o a la herejía. Women of Grace, 2015.
[^8]: Juan Pablo II, Oración: la vida del alma, Audiencia General, 28 de junio de 1989.


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